Sumario: | Históricamente los estudios sobre la artesanía cubana han sido escasos, y los realizados hasta la fecha versan mayormente sobre los alcances estéticos y valores patrimoniales de las piezas. Sin embargo, a lo largo de las décadas revolucionarias el panorama se ha transformado sustancialmente: la artesanía ha dejado los campos para instalarse en las urbes del país, rebasa lo utilitario en su afán de ser artística y más recientemente aparecen puestos de venta y ferias desbordadas de productos a lo largo de la Isla. Ante esto asalta una pregunta: ¿quiénes y en qué condiciones se produce hoy la artesanía cubana? En la Cuba de los noventa, entre el emergente sector cuentapropistas, se ubica la aparición de un grupo de artesanos artistas que por un lado respondió a la necesidad del sector turístico de ofrecer “cultura” a sus clientes y por otro, a la de obtener divisas para la cultura. Es en medio de este cruce entre lo cultural y lo económico que la “creación artesanal” se sumerge en las dinámicas de una economía informal incapaz de resistirse a las exigencias del mercado. Estudiar las dinámicas de subcontratación, dependencia y desigualdad que se establecen a lo largo de la red que interviene en el proceso productivo, pensar al ser humano que la conforma y las condiciones a que está sometido, es lo que persigue el presente trabajo.
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