A partir de la tercera revolución urbana, la globalización constituye el principal empuje para la expansión tanto física como cognitiva de la ciudad; homologando a la sociedad en una cultura urbana cada vez más predominante. El capitalismo empieza a apoderarse y a controlar los espacios rurales desde centros de dominación urbana. En este contexto, los enfoques tradicionales que separan lo urbano y lo rural, pierden validez, en la medida que emergen territorios híbridos donde los límites son cada vez más difusos. El ensayo parte por discutir dichas visiones dicotómicas e incorpora la necesidad imperante de incluir el enfoque territorial en el análisis de las relaciones campo-ciudad. Considera a la globalización como el punto de partida para entender cómo se ejerce la influencia urbana y cómo se desestructuran los espacios rurales. Mediante el análisis bibliográfico y la ejemplificación de casos de estudio, expone cada una de estas desestructuraciones.