En el Ecuador, el Estado lideró tanto el discurso como las acciones dirigidas al mejoramiento de la situación de la mujer hasta bien entrada la década de los años ochentas. Su preocupación por la mujer aparece con la reinstauración de la democracia a fines de los setenta. Más por la presión internacional derivada del Decenio de la Mujer que por demandas surgidas en el contexto nacional, el Estado recoge, en sus planes de desarrollo, los planteamientos internacionales tendientes a eliminar la discriminación contra la mujer.