Intrigada por la lectura hecha a los trabajos realizados por Moisés Sáenz, un autor mexicano que publicó estudios en 1933 sobre los indios de Ecuador y Perú, la autora explora sus discursos e interés por las naciones andinas. A juicio de Claudio Lomnitz, el indigenismo y las prácticas intelectuales de los mexicanos, y de manera particular de los antropólogos, han tenido un horizonte y preocupación nacionalista. Entonces ¿por qué algunos intelectuales se interesaron en hacer trabajo de campo más allá de sus fronteras nacionales y tender redes trasnacionales? A juicio de este mismo autor, lo que intentaban los pensadores mexicanos con estas prácticas era exportar esta epistemología nacionalista a otros países de la región y, al mismo tiempo, generar barreras para el diálogo con las antropologías metropolitanas. Este capítulo revela relaciones más complejas entre las diversas comunidades intelectuales, conformando un indigenismo disputado similar a un campo de fuerza y propone a Moisés Sáenz, como un traductor y constructor de conflictivas estrategias intelectuales interamericanas.