En el informe anual de 2007 del Programa de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Humano (PNUD) sobre la gobernanza democrática se afirma que la escasa participación de la mujer en política a nivel mundial [como votante, candidata y dirigente política] sigue siendo una de las deficiencias más importantes de la democracia. Esta falta de participación de la mujer es expresión de una ciudadanía débil, es decir, de un débil reconocimiento de sus derechos y de una asunción parcial o incompleta de las obligaciones en el marco de su comunidad política, en virtud de su nacionalidad territorial, política y cultural. El presente trabajo trata de la dimensión moral de jóvenes mujeres politólogas y la difícil búsqueda de su lugar en la sociedad y se refiere a las responsabilidades con los demás y con la comunidad en su conjunto que siendo de orden subjetivo depende más bien de las capacidades de las mujeres para hacerse cargo de sus obligaciones y responsabilidades. Para profundizar la temática se entrevistó a cuatro politólogas, tres recientemente graduadas y otra, a punto de graduarse cuyos resultados son esclarecedores.