| Sumario: | La presente ponencia, pretende dar cuenta de la experiencia de articulación curricular entre los espacios de Didáctica de la Filosofía II y Prácticas de la Enseñanza de 3er año del Profesorado de educación secundaria en Filosofía del Instituto Superior “San Pío X".
El contexto de pandemia se presentó como un escenario inusual para el desarrollo de las prácticas educativas. Como docentes, tuvimos que desarrollar multiplicidad de estrategias para sostener las trayectorias de los estudiantes. En tal sentido, intervinimos a través de la contención afectiva e implementando encuestas para identificar la disponibilidad de recursos tecnológicos y las metodologías que preferían para el abordaje de los contenidos. En función de los datos arrojados por las mismas, procedimos a la elaboración de videos, síntesis, esquemas, imágenes y videollamadas para la explicación de temáticas con elevado nivel de dificultad, creación de un foro abierto interdisciplinar para el abordaje integral de contenidos relativos a la enseñanza de la filosofía y el rol docente, impresión de material bibliográfico para quienes no contaran con internet, etcétera. Dichas actividades, fueron llevadas a cabo de forma articulada con el propósito de que los estudiantes puedan construir saberes a partir de la reflexión sobre el valor del trabajo de campo como un modo de intervención y conocimiento de lo institucional, reconociendo además las particularidades de la enseñanza de la filosofía en relación a distintos formatos curriculares en la bimodalidad, la identificación de problemáticas, los factores condicionantes en relación a las observaciones de clase y las intervenciones; reflexionando sobre el impacto de estas en la propia formación.
Los encuentros intercátedra se desarrollaron bimestralmente durante los ciclos lectivos 2020 y 2021. Cabe destacar que se diseñaron conjuntamente instrumentos y dispositivos de evaluación desde un enfoque formativo, a fin de favorecer la retroalimentación necesaria entre los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
Hoy nos encontramos inmersos en una realidad compleja que requiere de toda nuestra flexibilidad, tanto si nos toca enseñar, aprender o ambas prácticas. En tal dirección, fueron tres los ejes de debate: ¿Cuál es el rol de la filosofía en tiempos de pandemia? ¿Qué saberes filosóficos priorizar? ¿De qué manera se puede intervenir filosóficamente en un contexto que se presentó de manera abrupta?
Constantemente, nos preguntamos cómo promover una re-invención de nuestras clases a partir de construcciones metodológicas novedosas y poderosas. Esto, nos lleva a pensar en la trama compleja que existe entre los saberes (objeto de transmisión), la imagen que tenemos sobre los sujetos del aprendizaje, los contextos institucionales en los que intervenimos, las situaciones particulares de la alternancia pedagógica y la perspectiva ético-política desde la que nos posicionamos para pensar y asumir la enseñanza y la evaluación. También implica la posibilidad de un acto creativo que permita elegir otros modos de articulación entre el abordaje de los contenidos y las múltiples mediaciones tecnológicas y opciones que se produzcan, seleccionen y propongan como parte del trabajo metodológico buscando favorecer procesos de apropiación, abriendo otros mundos posibles.
Podemos decir que la bimodalidad nos sigue suscitando nuevos interrogantes y nos invita a seguir ahondando en el estudio de las interacciones entre la didáctica de la Filosofía y las Prácticas de enseñanza, teniendo en cuenta la coexistencia de los procesos de intercambio virtual y no virtual entre docentes y estudiantes.
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