Publicado 2014
“…Su asesinato, contrario a lo que pensó el crimen organizado, no constituyó el triunfo de aquella sórdida unión de bestiales
narcotraficantes, sicarios paramilitares, empresarios sin escrúpulos y políticos corruptos –que aún hoy, bajo otras formas, actúan y se enriquecen impunemente sobre los cadáveres y sufrimiento de millones de colombianos– sino que, por el contrario, su valiente sacrificio abrió los ojos de un país aletargado por el dinero fácil y congregó conciencias para oponerse al aberrante proyecto de convertir a Colombia en un Estado paria, en un país dominado por el crimen organizado.…”
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