Publicado 2010
“…Nietzsche:
El genio del corazón,
tal como
lo posee aquel gran oculto,
el dios-tentador y caza-ratas
nato de las consciencias, cuya voz sabe descender hasta
el inframundo de toda alma, que no dice una palabra, que no lanza una mirada en la que no haya un propósito y un guiño de seducción […]
el genio del corazón, que a todo
lo que es ruidoso y se complace en sí mismo
lo hace enmudecer y
lo enseña a escuchar, que
pule las almas rudas y les da a gustar un nuevo deseo –
el de estar quietas como un espejo,
para que
el cielo profundo se refleje en ellas-, […]
el genio del corazón, de cuyo contacto todo
el mundo
sale más rico, no agraciado y sorprendido, no beneficiado y oprimido como por un bien ajeno, sino más rico de sí mismo, más nuevo que antes, removido, oreado y sonsacado por un viento tibio,
tal vez más inseguro, más delicado, más frágil, más quebradizo,
pero lleno de esperanzas que aún no tienen nombre. …”
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