Publicado 2016
“…El poeta debe persuadir por tanto a su amada como al lector o eventual oyente del poema elegíaco por medio de recursos adquiridos en las escuelas de los mejores rétores y, pese a ser tiempos de Principado, también a través de los varios tratados ciceronianos que circulaban en
Roma. Se unen así subjetividad poética y uso de tópicos argumentativos que, en el caso de Albio Tibulo (El. 1,1 y 1,10), operan una suave persuasión sobre la vigencia de mores nuevos.…”
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