Sumario: | El Cinturón Verde de Mendoza es el tercero en producción de hortalizas de la Argentina. Durante todo el año abastece al mercado interno y es estratégico para la seguridad alimentaria de la región. Está sujeto a las dinámicas complejas de los territorios de interfaz y es afectado por el avance de la ciudad sobre el suelo rural.
Para preservar la agricultura periurbana y asegurar su continuidad en el tiempo es preciso tomar medidas. Como un primer paso, es importante evaluar la sostenibilidad ambiental de estos sistemas agrícolas. Los plaguicidas que aplican los productores hortícolas impactan sobre el medio ambiente y son un factor de riesgo para la salud humana.
El objetivo del presente trabajo fue estimar el impacto de los tratamientos fitosanitarios en los distintos sistemas productivos presentes en el territorio: hortícolas puros, hortícola-vitícolas y hortícola-olivícolas. Para ello se calculó un indicador sintético, el cociente de impacto ambiental o EIQ “Environmental Impact Quotient" por sus siglas en inglés, cuya principal utilidad es clasificar los plaguicidas según el impacto sobre el operario agrícola, el consumidor y el medio ambiente. Se investigó cuáles fueron los principales productos usados por los horticultores del cinturón verde y con qué frecuencia se aplicaron. La dosis de cada plaguicida se extrajo del marbete registrado en SENASA.
Los sistemas mixtos con vid y olivo, alcanzaron valores sensiblemente más altos de EIQ que los sistemas puros. Sin embargo, el cultivo que determinó el mayor impacto en estos sistemas fue el de tomate. Los altos valores obtenidos se explican por la aplicación de metam sodio para desinfectar el suelo, el cual posee alta toxicidad y se aplica en elevadas dosis. El clorpirifos, el oxicloruro de cobre y el pendimentalin alcanzaron los valores más altos de EIQ dentro de los insecticidas, los fungicidas y los herbicidas, respectivamente.
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