Sumario: | El trabajo a domicilio, lejos de desaparecer, es uno de los
formas de trabajo actuales que crece y se difunde especialmente
afectando o los más diversos sectores de producción. Utilizado
como estrategia para flexibilizar el mercado laboral en un sistema
de producción descentralizado o nivel mundial, el trabajo
asalariado realizado en el hogar del trabajador/a se sitúa en el
último eslabón de una cadena productivo que oscila,
jerárquicamente desde los niveles formales o informales de lo
economía.
Y si el trabajo de base domiciliario es uno de los formas más
flexibles de trabajo también es uno de los más femeneizados. En este
sentido, se pone de manifiesto que su proliferación se debe a la
disponibilidad de muchos mujeres para realizarlo. Se asume que éstas
aceptan trabajar en el hogar por falta de otros opciones y porque
el hecho de estar en casa les permite cumplir con sus
responsabilidades domésticas y familiares, o lo vez que les facilita
una fácil entrada y salida del mercado laboral de acuerdo con los
ciclos de vida familiar.
Por lo tanto, el trabajo o domicilio es un tema preocupante
desde lo perspectiva de lo ocupación de los mujeres, de su posición
en el mercado de trabajo y también de su vida, en tanto que este
trabajo representa un claro ejemplo para mostrar como los
asunciones de género son utilizados para justificar unos bajos salarios
y una inseguridad de ocupación.
El presente artículo trata el trabajo industrial o domicilio que
realizan mujeres adultas en diferentes áreas rurales españolas desde
lo perspectiva de las Implicaciones de esta forma de trabajo en sus
vidas, como mujeres y como trabajadores.
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