Sumario: | Los avances del realismo se han convertido en un tema dominante de los actuales debates sobre teoría de la historia. El idealismo lingüístico del último cuarto del siglo XX, ubicado en la línea de la tradición hermenéutica, había definido a la historiografía como una tarea de representación textual. El contacto con la realidad se redujo a la atribución de significados y el pasado en cuanto tal se transformó en ausencia, en un lugar inaccesible. Los textos pasaron a sustituir al mundo exterior. Como reacción a este narrativismo radical de carácter metafórico, y, en respuesta a la sentida necesidad de establecer la reconexión con el pasado y de superar la autorreferencialidad textual, ha surgido un nuevo realismo, que procura recolocar a la ontología en el centro de la reflexión teórica.
En su versión más reciente, el nuevo realismo dedicado a rescatar la entidad del pasado ha centrado su atención en la "presencia" del pasado. El término "presencia" se está convirtiendo en la consigna principal de una nueva conceptualización, basada en un discurso teórico alternativo, no hermenéutico, que está desplazando la atención hacia el estatuto ontológico de la historia. En este trabajo se presentan las principales hipótesis que, desde diversos ángulos, adhieren a este nuevo giro teórico. La presentificación del pasado ha comenzado a ser sostenida por diversas líneas argumentativas que apelan a la dimensión material, a la noción de autenticidad y a la producción de la presencia mediante el lenguaje.
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