El burlador de Sevilla de Tirso de Molina : discurso contradictorio de una España conflictiva

Europa se ha visto permanentemente atravesada por crisis de diversa índole: política, económica, social, religiosa, etc. En toda época conflictiva emergen hegemonías y disidencias, discursos y contradiscursos, que se patentizan en retóricas y tópicas propias de una sociedad determinada. En el presen...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Rodas, Cecilia Beatriz, Mancha, María Valeria
Formato: Artículo
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional de Cuyo. Facultad de Filosofía y Letras 2016
Materias:
Acceso en línea:http://bdigital.uncu.edu.ar/9367
Descripción
Sumario:Europa se ha visto permanentemente atravesada por crisis de diversa índole: política, económica, social, religiosa, etc. En toda época conflictiva emergen hegemonías y disidencias, discursos y contradiscursos, que se patentizan en retóricas y tópicas propias de una sociedad determinada. En el presente trabajo nos proponemos visualizar prácticas sociales del surgimiento de conflictos y emergencias, de convicciones y decisiones de orden político-social, en la España del siglo XVII. Para ello, nos centraremos en el análisis de la obra teatral El burlador de Sevilla y Convidado de piedra (1630) de Tirso de Molina. Intentaremos reconstruir los trazados ideológicos que permiten descubrir la organización interna del texto dramático seleccionado, sus campos temáticos y retóricos, sus tensiones. Nuestra investigación se inscribe en la línea trazada por la Sociocrítica y el Análisis del Discurso, a partir de la consideración de que todo discurso está conformado por hechos y prácticas sociales. El contexto de aparición de la obra de Tirso se caracteriza por el fracaso político de una monarquía absoluta, representada por los Austrias menores, que llevan a España a una crisis económica y social. Es una época de contradicciones y dualismos, de una polaridad existencial que el hombre barroco no logra resolver. El desorden ético y social así como el desengaño y la incertidumbre de la España sesentista son algunas de las regularidades que caracterizan esta época. La avasallante impetuosidad de Don Juan, su alma contrastante, el dinamismo de su vida en desorden y en perpetua avidez, ponen en este drama su sello barroco.