Sumario: | La Modernidad desplegó su potencial revolucionario en Occidente derribando los pilares del Antiguo régimen para construir un orden nuevo. En este artículo nos proponemos analizar las particulares circunstancias de su instauración en Hispanoamérica, región en la que el proceso se desarrolló en íntima interacción con otro fenómeno de fundamental importancia, la independencia de la Corona española. Nos centramos en la coyuntura revolucionaria que se abrió en 1808 desencadenada por la crisis de la Monarquía española ocurrida a partir de la invasión napoleónica y culminó en 1825 cuando, terminada la lucha por la independencia, comenzaron a organizarse los nuevos Estados. Sostenemos que en ese lapso se produjo una radicalización del proceso político por impacto de referencias políticas modernas, de manera que estas formaban el repertorio de ideas de las élites cuando debieron diseñar el nuevo edificio político. En el marco de la nueva historia política, realizamos un estudio global del proceso, prestando atención a su estrecha relación con la situación peninsular pero tomando, a su vez, los diferentes casos particulares. Utilizamos la práctica metodológica comparativa pues se trata de procesos simultáneos que se produjeron en el mismo escenario geográfico. Desde la perspectiva planteada, realizamos una síntesis interpretativa que recoge los aportes efectuados por la historiografía a través del tiempo. Se espera mostrar, a partir de la experiencia hispanoamericana, que existen diferentes caminos para alcanzar la Modernidad y, con ello, contribuir a una mejor comprensión del proceso en su conjunto.
|