Sumario: | Como marxista hegeliano Gramsci se aleja del “determinismo económico" del marxismo tradicional y construye la categoría de hegemonía para analizar y proponer la acción política, enfatizando la subjetividad, otorgando un lugar importante a la ideología y a la dirección política y cultural, restableciendo de este modo la relación dialéctica entre estructura y superestructuras.
El italiano hace un llamado a la descorporativización del proletariado y, en consecuencia, a la operativización de alianzas que incluyan a todos los que tienen similar situación de explotación. Así, propone la construcción de una “nueva hegemonía" donde el nuevo príncipe: “el partido", es central como así también la actividad política de los intelectuales orgánicos para cimentar ideología y develar situaciones: el paso de “la consciencia en sí" a “la conciencia para sí".
Gramsci está observando su contexto político y social, y desde su lugar de teórico y militante comprometido propone “tomar y fundar" el Estado.
Dentro de la tradición marxista, Antonio Gramsci deja de ver a las superestructuras como un epifenómeno determinado directamente por la estructura, y otorga a la hegemonía cultural un lugar central en la dominación del capitalismo.
En función de lo descripto, este artículo pretende dar cuenta de cómo piensa y construye este autor el concepto de hegemonía como categoría para el análisis político marcando, al mismo tiempo, una línea de construcción política al proletariado de su tiempo.
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