Sumario: | Bernardo Monteagudo fue uno de los miembros más destacados de aquella primera generación de políticos apasionados por el poder que surgieron en América hispana al fragor de las guerras de Independencia. Su inteligencia superior, su excepcional cultura, su lealtad a la causa
americana, así como su carácter, constancia, don de mando e ilimitada capacidad de trabajo y organización, unidos a un pragmatismo poco común, le convirtieron en el revolucionario por excelencia. El zigzagueante sendero ideológico que lo condujo desde ese jacobinismo extremo con el cual azuzó a los porteños en la Revolución de Mayo hasta el monarquismo sui generis que promovió desde el Ministerio de Guerra y Marina y la Sociedad Patriótica en Lima, da cuenta de la inventiva del pensamiento revolucionario y de su recomposición en función de problemáticas concretas.
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