Sumario: | Desde la más remota antigüedad las instituciones de encierro han sido
importantes fuentes de inspiración para la narración histórica, literaria y
creación estética. Sin embargo, pocas veces el sufrimiento psicosocial
que ellas ocasionan ha sido objeto de politización y lucha contra lo
inadmisible. Las narrativas producidas por familiares y allegados que
asisten a la "visita" ven afectada su existencia por las condiciones
penales, como si ellos mismos fuesen objeto de condena. Al hacer
audible y colectivo el relato, se politiza y la experiencia negativa
interpela la naturalización de prácticas punitivas, de la tortura, los malos
tratos, degradantes y crueles por parte de las fuerzas de seguridad y
custodia. Desde la perspectiva de la psicosociología y sociología clínica
(De Gaulejac, L’huilier, otros) se produce y analiza -crítica y
clínicamente- el proceso dialógico donde se da una política liberadora del
sufrimiento en solidaridad al interpelar las violaciones a los derechos
humanos.
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