Sumario: | En este trabajo, se presenta como caso de estudio una evaluación de las consecuencias ambientales y económicas de la última guerra entre la República del Líbano e Israel de 2006. La misma constituyó una catástrofe ambiental, como acontece en la mayoría de los conflictos armados; por sobre todo a causa del bombardeo israelí de la central eléctrica de Jiyeh que ocasionó el vertido de aproximadamente 15.000 toneladas de petróleo al mar Mediterráneo.
La guerra causa no solo sufrimiento y desplazamiento de población o daños en infraestructura, sino también considerable destrucción y degradación del medio ambiente, causando, en algunos casos, daños irreparables para los ecosistemas en sí mismos y el patrimonio cultural mundial.
Los efectos persisten mucho después de la finalización del conflicto. Los conflictos armados provocan daños directos e indirectos al medio ambiente que pueden poner en peligro la salud, los medios de vida y la seguridad de las personas.
Los recursos naturales y el medio ambiente son fundamentales en el restablecimiento y mantenimiento de la paz después de un conflicto, impulsando medios de vida a la población, promoviendo la recuperación económica y permitiendo que la sociedad retorne a su modo de vida "normal". Resulta fundamental que la comunidad internacional y las instituciones que la representan respeten, apliquen y fortalezcan las normas de derecho internacional humanitario ya vigentes que protegen el medio ambiente en período de conflicto.
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