Sumario: | Desde 1861 hasta hoy, aunque con interpretaciones muy diferentes,
Garibaldi es un ícono de la historia italiana y ha sido y es la opción ideal del
héroe que luchó por la unificación de Italia, por la libertad de los otros
pueblos, al representar siempre un modelo de personaje funcional en
perspectiva pedagógica para la dimensión unitaria del país. Se desencadenó
así un proceso sociológico de identificación a través de las imágenes y un
registro de la memoria que ha encontrado su desarrollo en la epopeya
garibaldina de la Primera Guerra Mundial y más tarde en la epopeya de la
Resistencia. La leyenda garibaldina se transmitió, además, a través de la
literatura, gracias a escritores como Edmundo de Amicis, a través del cual
se puede apreciar el elogio del patrimonio cultural que representan los
grandes escritores del pasado, como humus de la alcanzada unidad del país.
Después de su muerte, la iconografía monumental intentará enviar un
mensaje de unidad política de los italianos, erigiendo estatuas en las que se
representan a Garibaldi y a Vittorio Emanuele, ambos a caballo, con la idea
simbólica de un encuentro entre la revolución democrática de uno y el
centralismo monárquico del otro.
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