Desenmascarando la domesticación de las mujeres : Graciela Cabal y el recurso a la “mimicry"

La literatura, además de su especificidad como obra de arte, constituye un modo privilegiado de conocimiento y es una herramienta clave en la construcción de nuestra identidad. Precisamente, aquel que posee el lenguaje tiene la capacidad de ordenar el mundo. Esto se debe a la interdependencia que ex...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Bruno, María Silvina
Formato: Artículo
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional de Cuyo. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Literaturas Modernas 2013
Materias:
Acceso en línea:http://bdigital.uncu.edu.ar/6379
Descripción
Sumario:La literatura, además de su especificidad como obra de arte, constituye un modo privilegiado de conocimiento y es una herramienta clave en la construcción de nuestra identidad. Precisamente, aquel que posee el lenguaje tiene la capacidad de ordenar el mundo. Esto se debe a la interdependencia que existe entre mundo y lenguaje: el discurso nos remite a una red relaciones de poder, el entramado patriarcal, que se da en la sociedad, que es construida con palabras y que, justamente por esto, puede cambiarse. Entonces, si la forma de relatar es una manera de ordenar el mundo, lo que quedaría por delante sería romper con el discurso que somete a las mujeres. Luce Irigaray (1985) propone un modo de hacerlo: utilizando la mimicry, mímesis o imitación intencionada, que permite asumir deliberadamente la subordinación de mujeres y llevarla a una afirmación para poder frustrarla. La escritora Graciela Beatriz Cabal hizo suya la propuesta de Irigaray y la plasmó en su obra. Este artículo, entonces, versará sobre la utilización de la mimicry en su obra. Para analizar la utilización de dicho recurso, se examinará el cuento La Señora Planchita (1999). .