Sumario: | La globalización del comercio, las finanzas y de la información, como efecto del gran
desarrollo producido en las últimas dos décadas, ha generado la oportunidad de realización de negocios internacionales para las empresas, a partir de la cual las pequeñas y medianas empresas (Pymes) han encontrado una nueva fuente de impulso y desarrollo de sus acciones comerciales.
Esta circunstancia ha colocado a las Pymes frente a una importante posibilidad que es la internacionalización de su producción, lo que implica un desafío múltiple: poder colocar los productos en nuevos mercados, enfrentar una mayor competencia con empresas y productos, y finalmente poder ser capaz de adaptar la propia empresa y su producción al cambio que implica abrirse al mundo.
Muchas empresas que ya han abierto sus acciones comerciales al mundo, y hecho de la exportación una actividad habitual regular, hoy piensan más allá.
Existen varias razones por las que una empresa puede tomar la decisión de
desterritorializarse/globalizarse en el extranjero: podría ser la necesidad de afianzar o incrementar sus ventas, ganar penetración en el mercado, poseer gran capacidad productiva a suplir y condiciones de crecer, necesidad de adquirir recursos, diversificación de sus fuentes de ventas y suministros, reducción del riesgo competitivo, visión estratégica, entre otras; pero el avanzar decididamente sobre
los mercados internacionales planteará la necesidad de contar con niveles de competitividad que obliguen a las firmas evaluar los potenciales beneficios, así como los posibles costos, de emprender este importante desafío.
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