Sumario: | Este artículo intenta mostrar cómo la introducción del
corpus aristotélico en el mundo cristiano medieval durante los siglos
XII y XIII contribuyó notablemente a reivindicar el valor de los datos
sensibles para conducir al conocimiento inteligible. En efecto, el platonismo
con el que los primeros pensadores cristianos estuvieron bien
familiarizados, negaba que lo sensible pudiera dar lugar a un verdadero
conocimiento. Sin embargo, esto significaba, al mismo tiempo,
que las cosas sensibles no tenían suficiente consistencia ontológica. Y
puesto que el cristianismo enseñaba la dignidad de todo lo creado, la
filosofía aristotélica vino a proveerle de una concepción de lo sensible
mucho más afín con sus propios principios. Esta confianza en la realidad
concreta como objeto de conocimiento incluso inteligible acabó,
no obstante, hacia fines de la Edad Media, y con ella, el realismo gnoseológico
característico del pensamiento cristiano medieval.
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