Sumario: | La conocida tesis de Tomás de Aquino de que el ver «es el
más elevado de todos [los sentidos]» (De anima, c13) está detrás de la
metáfora de la vista como expresión del conocer y de la afirmación de
que este sentido es el más inmaterial (y más próximo a lo espiritual)
de todos los sentidos externos. Esta noción de ‘ver’ (y de ‘sentir’) presentaba
dos elementos constitutivos de todo sentido: lo que tenía como
inmutación o impresión (contacto con la realidad) y su carácter formal
(aprehensor de la forma sensible). Lograr una posición unitaria que
integre tanto el elemento impresivo (dador de realidad) como aprehensivo
o cognoscitivo ha sido también el intento de posturas filosóficas
contemporáneas (como la de Zubiri) respondiendo a posiciones
insuficientes que o bien han primado el elemento de inmediatez, o han
señalado el sentir como mero dador de contenido a la inteligencia.
Así, este autor revisa las formas de interpretar el sentido, señalando
la primariedad del sentido del tacto y la fundamentalidad de éste para
la comprensión del verdadero estatuto del sentir humano, poniendo de
nuevo en actualidad la reflexión del Aquinate sobre el sentir, indicando
a su vez la diferencia de planteamientos de ambos autores.
|