Sumario: | En Argentina el auge de las urbanizaciones cerradas se produjo a fines de los ochenta y principios de los noventa y
ocurrió en las principales ciudades del país: Buenos Aires (Janoschka 2003; Svampa 2003), Rosario (Bragos et al
2003), Mendoza (Roitman 2003) y Tucumán (Malizia y Paolasso 2007). El fenómeno de las urbanizaciones cerradas
también se reproduce, en menor escala, en ciudades intermedias como el Gran San Miguel de Tucumán -GSMT-
(Mertins 1995). Este trabajo hace análisis de la distribución espacial de las urbanizaciones cerradas, cambios que se
producen en la estructura urbana y procesos sociales resultantes de la interacción entre “los de adentro" y “los de
afuera". El mismo se focaliza en el municipio de Yerba Buena, ubicado al oeste del GSMT, dado que concentra la
mayor cantidad de urbanizaciones cerradas del aglomerado; en el 2005 ya se habían construido 45
emprendimientos de este tipo. En la actualidad en esta zona se conjugan la vivienda social, la ocupación ilegal de
terrenos, los asentamientos precarios y los emprendimientos residenciales destinados a la clase media alta y alta
(Müller 2000/01; Mertins 1995). Estos últimos impulsan la conformación de un CBD en rápida expansión y la
construcción de centros comerciales, entretenimientos y otros en sus fronteras de avance. Esta expansión produce,
a su vez, la fragmentación de la ciudad que se manifiesta en una marcada tendencia hacia una “ciudad de islas", tal
como lo expresa Janoschka (2002) en su nuevo modelo de análisis de las metrópolis latinoamericanas.
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