Sumario: | Para determinar la relación entre la carga
frutal y la productividad, medida en términos
de producción destinada a mitades (PDM) y
producción para pulpa, se realizó un ensayo
en un monte comercial de duraznero variedad
Bowen, Andross y Ross. Se utilizaron árboles
injertados sobre patrón Nemaguard, conducidos
en vaso tipo californiano e implantados
a 6 m entre hileras y a 5 m entre plantas
(333 árboles/ha), los que fueron raleados
20 días después del inicio de endurecimiento
de carozo. La carga frutal quedó establecida
en el rango de 750 a 1350 frutos/planta en
Bowen y Ross y entre 850 y 1400 frutos/planta
en Andross. A la cosecha se evaluó: tamaño
de frutos; producción de los árboles, a través
de las variables producción total, producción
destinada a mitades (PDM) y producción para
pulpa; y valor de la producción. La carga frutal
se vinculó, con un alto grado de correlación,
con todas las variables analizadas y se observó
una respuesta a la carga de frutos muy
similar en las tres variedades en estudio. A
medida que se incrementó la carga frutal, aumentó
la producción total, aunque disminuyó
el peso medio de frutos. La PDM aumentó
en función de la carga frutal, hasta alcanzar
valores máximos con 1200 frutos/planta; por
encima de un valor crítico en la carga frutal,
la PDM empezó a disminuir. Los rendimientos
de pulpa, en fábrica, no se relacionaron linealmente
con los rendimientos totales del monte
frutal y respondieron a una función similar
a la que relaciona carga frutal y PDM. Los
resultados indicaron que, con independencia
del destino de la fruta, el raleo de frutos aseguró
los rendimientos y la calidad de frutos
que permitieron maximizar la rentabilidad del
productor, convirtiéndose en una tarea cultural
imprescindible, desde el punto de vista técnico
y económico.
|