Sumario: | La obra de Arturo Ardao se desplegó, desde comienzos de la década del treinta hasta 1974, no sólo en una larga serie de libros dedicados a la historia de las ideas en Uruguay y en América. Y no sólo en esta opción epistemológica, sino también en el campo más directo de la intervención pública, política y cultural. Dentro de esta línea convergente con la anterior, diríase más académica, Ardao colaboró activamente en publicaciones periódicas, principalmente en el semanario Marcha de Montevideo (1939-1974), del que fue parte fundamental en su estructura orgánica, y donde publicó artículos y ensayos de carácter filosófico -la mayor parte de ellos reunidos o reelaborados más tarde en libros, ahora célebres como Espiritualismo y positivismo en el Uruguay-, así como textos políticos que, según se los observa en este artículo, son parte constitutiva de su labor. En tal sentido, además, el pensamiento y la acción de Ardao contribuyeron, desde Marcha fundamentalmente, a tramar en un espectro muy vasto el campo cultural uruguayo e hispanoamericano del período señalado.
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