Sumario: | "Write like a girl", parafraseo del ya clásico "Fight like a girl", anónimo y popular, acuñado por las feministas para dar a entender que las chicas también saben pelear. Sin embargo, no podemos dejar de preguntarnos: ¿qué sería hacer algo “como una chica"?
Es a través del discurso que accedemos a la materialidad del cuerpo. Así, es en las palabras donde resignificamos nuestra identidad. Por ello, hablar de los cuerpos es una tarea urgente y conjunta.
Lo colectivo, entonces, ofrece una mirada contracultural, pues se opone a la mirada patriarcal y ofrece un sistema colaborativo de organización en los márgenes. Se desvía de la tradicional búsqueda de legitimación, entendiendo que el rol del crítico y del canon siempre fueron los de un padre que alecciona. En su carácter performativo, ofrece otras maneras de circulación y propone y abre nuevos espacios de difusión y recepción, nuevas lecturas y nuevas críticas: vamos a la búsqueda de las genealogías de mujeres, de las que somos deudoras sin saberlo.
Tal como plantea Laddaga (2006), estamos ante nuevos paradigmas que entienden al arte como un régimen práctico y proponen estéticas de la resistencia que buscan crear formas de convivencia mediante la creación de mundo comunes en las que, no importa el resultado, la obra pasa a ser el proceso.
Bajo este concepto, el de régimen práctico de las artes, nos proponemos realizar una investigación de tipo cualitativa acerca de las acciones llevadas a cabo por el Colectivo durante los últimos 4 años, reflexionando sobre la propia práctica que incluye producción y organización, con el fin de entender los alcances reales de la misma.
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