Sumario: | En el segundo volumen de Los diarios de Emilio Renzi, Los años felices (Piglia, 2016), aparece una mención breve y jocosa sobre el deterioro de la vista que instala en el texto, no sin ironía, el problema del “ver doble". A partir de esa imagen se despliega una serie (o varias) de desdoblamientos que atraviesan la obra de Ricardo Piglia y, a través de ella, a la literatura argentina. En principio, el desdoble parece un movimiento que guarda estrecha relación con que la escritura constituya un trabajo. Pero ese desdoble se expresa también de un modo específico en la poética de un escritor que brega por su inscripción en la historia de la literatura argentina. Se trata, en palabras de Ricardo Piglia, de la cuestión de la “distancia", la “mirada estrábica" que lo relaciona explícitamente a Borges y Echeverría, en virtud del intento por posar la mirada a la vez en la colonia y en la metrópoli. Pero siguiendo el recorrido de esa mirada sesgada, llama particularmente la atención el modo en que Piglia lee a Alberto Laiseca: justamente al sesgo del cuerpo histórico de la literatura nacional, la mirada capta, de reojo, la conspiración contra el escritor. Junto a la historia de aquel narrador nacional, Emilio Renzi, narrador de estos diarios, parece haber estado contando la historia enigmática del escritor privado, el que trama el “complot contra el complot", el que aparece sorpresivamente al final, invirtiendo el sentido común construido. Los diarios… demuestran así una tensión compleja entre los medios y los fines en la escritura.
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