Sumario: | La politización de sujetos indígenas se ha producido, en la provincia de Jujuy, a partir de la Ley Sáenz Peña, en un período surcado de tensiones y conflictos, y de disputas entre distintos sectores políticos.
Un eje transversal de la comprensión de sentidos que diferentes sectores de la sociedad jujeña han producido de sí mismos es su concepción de la sociedad, generalmente construida en base a relaciones de oposición con “los otros". Construcciones simbólicas que actúan aun obstaculizando el reconocimiento de sectores hoy emergentes que exigen el cumplimiento de derechos que –abstractamente- les han sido “otorgados".
La conflictividad que estas condiciones generan solo puede ser interpretada desde el análisis de los procesos históricos que han favorecido la construcción social de ideas y valores que suelen reproducirse acríticamente.
La relación de textos de la narrativa popular con sus contextos socio-históricos de producción y recreación se sustenta, por un lado en la convicción ricoeuriana de que el texto siempre remite a realidades extra textuales que, al mismo tiempo, se incluyen en él; por otro en las categorías de universo discursivo y sintaxis de la cotidianidad de Arturo A. Roig.
En los textos populares se explicitan posicionamientos divergentes en dos niveles: a su interior, entre diferentes personajes, que pueden designar a sectores sociales diversos, y en la relación del texto con representaciones del ordenamiento social legitimado. Reconocemos dos ejes en esa narrativa: su carácter comunitario y su relación con la cotidianidad vivida por sus narradores. En ellas aparecen valorados principios que aportan al desarrollo de propuestas ético- políticas más inclusivas, expresando concepciones alternativas organizadoras de sentido de la vida. Concepciones y prácticas institucionales fomentadas desde las elites entienden el ejercicio de la ciudadanía y los derechos fundándolos en principios jerarquizadores de corte darwinista. Los postulados organizadores de esos análisis son habitualmente tomados de los que han sostenido las campañas genocidas y de desarraigo y dispersión de las poblaciones tehuelches de la pampa y la Patagonia. Estas ideas racialistas continúan sustentando prácticas institucionales discriminatorias aún naturalizadas en el imaginario social, por lo que los discursos de inclusión de la diversidad no suelen traducirse en prácticas acordes.
El gran obstáculo epistémico forjado sobre matrices evolucionistas ha producido certezas consolidadas.
Desde el cruce entre investigaciones históricas y memorias de los sujetos comunitarios es factible avanzar en la ampliación de perspectivas de comprensión de nuestra diversidad así como en posibilidades de comprensión próxima a una recíproca traducción.
|