Sumario: | La abundancia y bajo costo del recurso hídrico
en el Alto Valle de Río Negro combinados con un
manejo ineficiente del mismo, principalmente durante
la primera parte de la primavera, época en la que
los productores riegan con mayor frecuencia para
luchar pasivamente contra las probables heladas
tardías, permiten inferir que los nitratos presentes
en el suelo, así como el aportado por los fertilizantes
nitrogenados, están sujetos al lixiviado durante una
gran parte del ciclo productivo. En la actualidad no
existen estudios regionales que ilustren la variación
estacional de la concentración de nitratos en la zona
de exploración radical de frutales, por lo que se
inició el presente trabajo con el propósito de: a)
medir la concentración de los nitratos en el perfil del
suelo cultivado con manzanos, desde el período de
floración hasta el inicio de caída de hojas, con fertilización
nitrogenada en dos dosis y sin fertilización
a distintas profundidades de extracción; b) determinar
la eficiencia del riego a manto de dicho monte.
Se ensayaron dos concentraciones de nitrógeno,
adicionado como nitrato de amonio en dos oportunidades:
el 50% a la caída de los pétalos y el 50%
restante cercano a la cosecha, correspondiendo a
dosis de 100 kg ha-1 (N1), 200 kg ha-1 (N2) y un
testigo sin agregado de N (N0), durante el período
2004-2005 y 2005-2006. Para determinar los niveles
de N en el suelo, expresado como nitratos, se
extrajeron muestras del mismo a tres profundidades
0-30; 30-60; 60-90 cm, al inicio de floración,
antes del primer riego y después de cada riego. La
lámina de agua empleada para el riego a manto
osciló entre 1712 y 2400 mm, con un aprovechamiento
a campo del 30%. La concentración de nitratos
fue baja cuando no se fertilizó, manteniéndose
alrededor de 22 mg kg-1 en superficie y reduciéndose
a la mitad a la profundidad de 30-60 cm, durante
el período de muestreo. En ambas dosis empleadas,
el contenido de nitratos del suelo fue mayor llegando
a 175 y 300 mg kg-1, respectivamente. Estos valores
se igualan a los del testigo a los 30 días en el
caso de N1 y a los 60 días para N2. Los resultados
permiten inferir que la concentración de nitratos fue
efímera en el perfil del suelo y mejoró la eficiencia de
riego, principalmente durante la primavera con el fin
de minimizar pérdidas de nitrógeno.
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