Sumario: | El tratamiento endodóntico es un procedimiento razonablemente predecible con tasas de éxito de entre 86% y 98%. Los factores más frecuentes asociados con el fracaso del tratamiento endodóntico son debido a la persistencia de bacterias intrarradiculares y extrarradiculares. Estos microorganismos son resistentes a los agentes antimicrobianos como así también a los agentes de defensa del huésped, debido a que se organizan creando un biofilm. De esta manera muestran mayor resistencia y facilitan la persistencia de las lesiones perirradiculares. Otro factor asociado es la complejidad anatómica de los sistemas de conducto radiculares que dificultan los procedimientos de limpieza y conformación. El retratamiento no quirúrgico es la primera opción para tratar elementos con signos y síntomas persistentes. Sin embargo, hay algunas limitaciones que restringen la posibilidad de un tratamiento no quirúrgico del conducto radicular. En estos casos la cirugía apical es una opción para el tratamiento de conductos con lesiones periapical persistente. El propósito de este trabajo es analizar las causas de fracaso endodóntico y su resolución quirúrgica. En este trabajo se presenta un caso clínico donde se realizó una cirugía periapical luego de que el elemento dentario presentara signos evidentes de fracaso tanto en la primera intervención endodóntica como en el retratamiento. La endodoncia por primera intención y el retratamiento de conducto que han seguido exhaustivamente los protocolos de limpieza, conformación y obturación, a veces fracasan debido a infecciones intrarradiculares y extrarradiculares, por lo general asociado a los últimos 3 mm radiculares, los cuales presentan una complejidad anatómica difícil de debridar y limpiar con soluciones irrigadoras. La cirugía periapical surge como una alternativa viable para conservar el diente y restablecer la salud y función.
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