Sumario: | El propósito de la presente investigación es analizar los alcances y límites de la legitimidad democrática tal como la entiende la "razón populista" de Laclau, a la luz de cotejo dialéctico con las propuestas procedentes del "deliberativismo" de Habermas y el "republicanismo" de P. Rosanvallon. Se parte de la hipótesis de la existencia de un núcleo central en torno al cual orbitan las pretensiones de legitimidad de cada una de estas perspectivas políticas, que consistiría en la apelación al pueblo y a la soberanía popular como fuente última de toda legitimidad, aun cuando las dos últimas perspectivas actuarían como límites y contrapesos a la tendencia hegemonista latente en la primera. La apelación al pueblo y a la soberanía popular serviría para definir determinadas prácticas discursivas que se sostienen sobre algunas tensiones conceptuales tales como las articuladas por las antinomias "pueblo-oligarquía", "pueblo-élite", "tribunales profesionales-jurados populares", "razón pública-razón privada", entre otras. En este sentido, el populismo reclama una legitimidad plena tanto de establecimiento fundacional ("gobierno del pueblo") como de funcionamiento ("gobierno para el pueblo"). Sin embargo, esta fundamentación última de la legitimidad democrática ha sido cuestionada desde diferentes tradiciones teórico-políticas. En esta investigación, se analizarán tales impugnaciones desde dos marcos específicos: la democracia deliberativa de J. Habermas y la historia conceptual de lo político de P. Rosanvallon. Esta selección obedece a que se trata, como se sostendrá a modo de hipótesis hermenéutica, de dos enfoques complementarios de la legitimidad: el primero de tipo reconstructivo-normativo, y el segundo reconstructivo-empírico.
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