Sumario: | La leishmaniasis humana es una enfermedad parasitaria distribuida en 98 países, afecta 12 millones de personas en el mundo con 2 millones de nuevos casos cada año. En Argentina, el área endémica de la leishmaniasis corresponde a las provincias de noreste y noroeste. En el área endémica de la República Argentina se registran aproximadamente 300 nuevos casos por año. L. (L.) amazonensis, uno de los agentes etiológicos de la leishmaniasis en nuestro país, se distingue por su capacidad de causar un amplio espectro de manifestaciones clínicas: desde una leishmaniasis cutánea localizada, hasta las formas más graves (mutilantes, incapacitantes y frecuentemente de poca respuesta al tratamiento), siendo una de ellas la leishmaniasis mucocutánea que frecuentemente se observa en nuestra zona endémica.El tratamiento actual de primera línea, no producido en nuestro país y con una antigüedad de 70 años es el antimoniato de meglumina (Glucantime [MA]: 85 mg/mL de antimonio por vía intramuscular, durante 21 días en la leishmaniasis cutánea localizada y durante 28 días en la leishmaniasis mucosa. El tratamiento con MA trae aparejados muchos inconvenientes: la agresividad que conlleva su administración, la contraindicación de su uso durante el embarazo, y una amplia gama de conocidos efectos secundarios graves como alteraciones hepáticas, pancreáticas, renales, toxicidad cardíaca y muerte súbita. El tratamiento actual, con altas dosis de antimoniales pentavalentes por vía intramuscular, altamente doloroso, conlleva a un alto grado de abandono por parte del paciente. Desde hace años, muchos laboratorios alrededor del mundo han estado abocados al estudio de la acción biológica de nuevos compuestos naturales aislados de plantas. Recientemente se encontró que compuestos de la familia de diterpenos obtenidos de plantas afectan de algún modo el crecimiento de tripanosomátidos (Leishmania spp y Trypanosoma cruzi) a muy bajas concentraciones y con baja toxicidad sobre células de mamíferos. Por lo tanto creemos que es importante buscar nuevas alternativas profilácticas basadas en la búsqueda de nuevos compuestos de origen natural con potencial terapéutico. Nos proponemos identificar los blancos moleculares y metabólicos para la acción de estos compuestos e inferir sobre los grupos químicos involucrados con el fin de avanzar en el diseño de nuevas drogas contra la Leishmaniasis.
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