Sumario: | Desde el año 2008 la legislación nacional prohíbe la comercialización de las lámparas incandescentes. En su lugar las Lámparas Fluorescentes Compactas (LFC), reducen un 80% de energía y emiten menos dióxido de carbono, pero enfrentan un problema ambiental ya que contienen varios elementos nocivos. Éstas no son peligrosas hasta que se rompen y derraman su contenido, o cuando se convierten en residuos y se destruyen al ser compactadas en los rellenos sanitarios. En el presente artículo, se analiza el balance energético durante todo el ciclo de vida de las lámparas: su vida útil, su eficiencia lumínica, según la temperatura ambiente, la posición espacial y la frecuencia de encendido y apagado. También se examina la disminución del flujo lumínico en función del tiempo de uso y se hace una reseña de las características visuales del espectro electromagnético emitido por la luz de las LFC y sus consecuencias a largo plazo para la salud humana. Los autores consideran la problemática de la eliminación de este residuo, teniendo en cuenta los componentes electrónicos y los elementos químicos utilizados para su fabricación. Finalmente concluyen que el balance energético y ecológico de las LFC es negativo.
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