Sumario: | El calentamiento global está produciendo profundas transformaciones en los ecosistemas y sistemas climáticos del planeta, siendo las inhóspitas regiones polares una de las que más recienten este cambio. Producto del aumento de las temperaturas globales estas zonas están siendo cada vez más asequibles a la actividad humana, lo que sumado al avance de las tecnologías y existencia de diferendos territoriales genera un aumento en las tensiones entre los estados polares. Estas regiones son las ultimas zonas sin ser repartidas en el mundo, las cuales aguardan enormes riquezas naturales sin ser explotadas. Sin embargo, tal como señala el Barómetro de Heidelberg Institute for International Conflict Research, el Ártico presenta niveles de conflictividad mucho mayores que el caso antártico. La política de expansión hegemónica rusa en el ártico ha generado disputas con el resto de los miembros del Consejo Ártico. Esto ha llevado a una escalada en inversión estratégica y militar por parte de los demás países árticos que aún no delimitan totalmente sus fronteras marítimas mutuas. En la otra vereda, la Antártida, pese a contar con algunas reclamaciones territoriales superpuestas, el Sistema del Tratado Antártico ha mantenido las tensiones en un status quo durante casi 60 años. ¿cómo podemos explicar esta diferencia? Para poder responder esta pregunta se estudiarán 3 factores explicativos; 1) Las características climáticas y geográficas de ambos ecosistemas, 2) La relevancia geoestratégica para las potencias implicadas y 3) La solidez de los regímenes internacionales involucrados. Por medio de una comparación de lógica de Casos Similares Diferentes Resultados (MSDO) se buscará dilucidar las razones diferencias en la conflictividad, teniendo como marco teórico el cuarto debate de las relaciones internacionales
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