Una aproximación al pensamiento de Herbert Marcuse y el rol de la tecnología moderna en la sociedad industrial avanzada

El presente trabajo tiene como objetivo caracterizar y poner en discusión el papel e implicancias de la tecnología moderna en la sociedad industrial avanzada de acuerdo al pensamiento crítico de H. Marcuse. Metodología: presentación y discusión de los aspectos considerados más relevantes acerca del...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: García Farjat, Marcelo José
Formato: documento de conferencia
Lenguaje:Español
Publicado: 2018
Materias:
Acceso en línea:http://bdigital.uncu.edu.ar/12433
Descripción
Sumario:El presente trabajo tiene como objetivo caracterizar y poner en discusión el papel e implicancias de la tecnología moderna en la sociedad industrial avanzada de acuerdo al pensamiento crítico de H. Marcuse. Metodología: presentación y discusión de los aspectos considerados más relevantes acerca del papel de la tecnología moderna en la sociedad industrial avanzada. Principales resultados: en el marco de la opresión que el sistema capitalista imprime en las sociedades de mediados de siglo XX, Marcuse concibe a la tecnología moderna como modo de producción que ejerce un rol clave en la legitimación y perpetuación del capitalismo. Así, en el devenir del proceso de tecnificación, la técnica pasó a disponer de fines que responden al aparato industrial que detenta el poder y determina a priori las necesidades y productos de la sociedad. Respondiendo de esta forma, a intereses políticos y sociales: la técnica es capaz de propiciar escasez como abundancia, autoritarismo como libertad, es decir, no posee valor en misma. Por su parte, Marcuse señala al esquema tayloriano como modelo de prevalencia de la racionalidad tecnológica en las sociedades industriales, en donde advierte la pérdida de autonomía de los sujetos frente a los mandatos del aparato. La nueva racionalidad viene a reemplazar la fuerza y autonomía de los sujetos, por el ajuste y la obediencia al esquema técnico promovido por las empresas que detentan y concentran el poder político y económico. Las diversas funciones de la razón convergen en el mantenimiento incondicional del aparato y clausuran el universo del discurso, de la acción y del pensamiento. Constituyéndose así, el hombre unidimensional que denuncia Marcuse.