Sumario: | Tanto la tragedia de Séneca como la épica de Lucano despliegan una concepción
espectacular del crimen, un espectáculo del horror que sólo adquiere
sentido en tanto se instaure una relación teatral que complete y actualice las
posibilidades significativas del acto en si. La interacción poética entre el horror
y el espectáculo desestabiliza el paradigma del héroe estoico, pues las matanzas
son concebidas de manera estética y sus autores las llevan a cabo con el cuidado
de verdaderos artistas, sin descuidar detalle alguno: el espectáculo del horror se
despliega entonces al modo de un texto-espectacular.
Para esto resulta indispensable la existencia de una audiencia que recepte activamente
el espectáculo: Vulteyo, Esceva, Atreo, Ulises y Medea son conscientes
-en mayor o en menor medida- de que sus acciones sólo serán inteligibles
para la posteridad y de que únicamente adquirirán sentido en tanto se realicen
ante un público que ordene, interprete y dé cuenta de ellas en tanto fenómenos
de significación y de comunicación.
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