Sumario: | En el marco político económico de la división del trabajo, en los espacios supranacionales, nacionales, regionales y locales, la acumulación de capital ha sido considerada como cimiento del modelo económico de un país-sociedad. En efecto, es la condición estructural mediante la cual es posible observar el crecimiento de la economía. Particularmente en el contexto latinoamericano, sus países y al interior de ellos —regiones y/o aglomerados urbanos—, como es el caso bajo estudio. El mantenimiento del equilibrio social en el reparto de los excedentes permite que ese crecimiento, neutralice los conflictos propios o no que cada sector de poder desarrolla, en procura y afianzamiento de la cuota de participación en la sociedad. Teniendo en cuenta las consideraciones expresadas es menester concentrar la atención en los resultados que, hasta el momento, la política asumida tuvo sobre la Concentración-Distribución del Ingreso, disponible por parte de los perceptores individuales y de los hogares-familias para asegurar su subsistencia, propósito que se emprende en el trabajo. Una aspiración consecuente procurará medir la capacidad de subsistencia de los hogares-familias-personas, problemática fundamental a los fines del análisis y monitoreo de las políticas económicas. Finalidad que permitirá conocer el nivel y estructura de los recursos con los que cuentan para su desenvolvimiento las familias residentes en los aglomerados. Situación de interés, subsiguiente a los procesos de acentuación de desigualdad advertida desde la década del 70 hasta fines del siglo pasado y, en particular, a partir del punto máximo de crisis (implosión social) 2000-2001 e inflexión durante los años posteriores y hasta la actualidad.
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