Sumario: | La falta de seguridad alimentaria, producto de la actual fase del capitalismo, afecta principalmente a las familias que destinan a la comida la mayor parte de sus ingresos. Como resultado, los niños pertenecientes a esas familias, están más expuestos a padecer obesidad, sobrepeso y a no recibir una alimentación que garantice su derecho a la salud, presente y futura. Si bien es principalmente en la familia donde se desarrollan las pautas alimentarias, el placer, el gusto y el rechazo por distintos alimentos, por distintos factores, muchas familias se ven impelidas en la actualidad a completar la alimentación de sus hijos a través de los comedores escolares. En situaciones de pobreza, la escuela pública contribuye a enfrentar situaciones de vulnerabilidad alimenticia. Los sectores medios y altos, en tanto, depositan cada vez más en las escuelas de doble escolaridad la responsabilidad por el almuerzo de los hijos. En momentos en que la obesidad infantil, sin distingo de países, avanza de modo alarmante, se valora que los comedores escolares y la escuela como institución educativa, pueden contribuir a disminuir el sobrepeso en la edad adulta. De allí que muchos estudios han empezado a poner foco en qué comen y cómo comen los niños en escuela, tema hasta ahora, poco problematizado en nuestro medio. El propósito de esta ponencia es presentar un estado del arte sobre el papel de los comedores escolares y sus efectos sobre las prácticas alimentarias de los niños así como las posibles interacciones entre alimentación escolar y promoción de hábitos alimentarios y de comensalidad con potencialidades para prevenir la obesidad infantil.
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