Sumario: | El arte comunitario puede entenderse como prácticas que buscan el cambio, la mejora social de al menos, una porción de la sociedad. El arte como un compromiso y un espacio común de democracia cultural y participativa. La danza, es un lugar de encuentro entre muchas realidades, un diálogo entre cuerpos que permite que estos hablen en vez de ser hablados. En este marco, este escrito se delimita a una experiencia de danza comunitaria en el barrio “La Calera" de la ciudad de Villa María, Córdoba donde el grupo de danza contemporánea de la UNVM, “Danzamble" realiza en este barrio un taller de danza para niños y niñas de entre 5 y 12 años, de los cuales la mayoría asisten a un comedor comunitario. Este taller tiene como una de sus principales premisas que todas las personas podemos bailar, que la danza genera puentes de comunicación verbales, corporales y emocionales y, entre otras cosas, que todos tenemos capacidades creativas y en ese sentido, la danza genera empoderamiento del cuerpo de cada uno y confianza en el grupo. De esta manera, se busca que los niños y niñas sean sujetos de derecho y creativos, ya que se trabaja para que cada uno genere sus propios movimientos y que estos no sean impuestos por las talleristas Se entiende al taller como un derecho, una oportunidad de descubrir la creatividad. Existe la posibilidad de generar cambios a nivel vincular en este espacio que interpelen a los niños y niñas sus relaciones en sus diversos ámbitos habituales, indagando sobre los por qué y las diversas formas de interrelaciones. Hay entonces, una oportunidad de creación de riqueza simbólica, cultural y expresiva.
|