Sumario: | El nacionalismo mexicano tuvo en su origen vínculos con el discurso religioso. Tras una primera fase de ruptura frente a la monarquía hispánica, donde recurrió a la leyenda negra antiespañola, la vertiente conservadora fundada por Lucas Alamán fue modelando un nacionalismo a contracorriente del Estado revolucionario, con sus propios rasgos definitorios aunque no exento de variaciones entre sus exponentes. Entre ellos el hispanismo y el hispanoamericanismo, el guadalupanismo, la aversión hacia Estados Unidos y el protestantismo, la reivindicación de héroes nacionales contrapuestos a los de la historiografía liberal y, a veces, la idea de que México tiene una misión especial por cumplir dentro del plan divino.
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