El problema de la restricción externa en la economía argentina, 2003 - 2013 (artículos)

La falta de inversiones y el atraso estructural del que partió el gobierno de los Kirchner hace que no se tenga la capacidad suficiente para sustituir importaciones, aún a costos crecientes. Por ende, la dependencia de la venta de granos, por un lado, y de las medidas de control de cambio, por el ot...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: Rovelli, Horacio
Formato: Artículo
Lenguaje:Español
Publicado: Buenos Aires : FLACSO. Sede Académica Argentina 2013
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/10469/8538
Descripción
Sumario:La falta de inversiones y el atraso estructural del que partió el gobierno de los Kirchner hace que no se tenga la capacidad suficiente para sustituir importaciones, aún a costos crecientes. Por ende, la dependencia de la venta de granos, por un lado, y de las medidas de control de cambio, por el otro, permitieron que no se incurriera en un déficit en la cuenta corriente en estos últimos años, pero queda claro que se debe dar una respuesta integral y permanente al problema de fondo que no es otro que el de la relación Inversión–Producción (que incluye la ecuación costo-beneficio) esencialmente en la industria por ser el centro del crecimiento, proponiendo un plan que contemple la modificación de la matriz productiva y distributiva del país. Para ello, se requiere de la intervención estatal en una estrategia de inversión y de decisiones acerca de cuál es el tipo de especialización que puede hacer sustentable en el largo plazo un crecimiento sostenido. Para hacerlo debe ser con conocimiento fundado de su estructura de costo y con un plan. Un plan estratégico que proyecte cuáles son los sectores sustentables y, en base a ello, “persuada” a los sectores hegemónicos a reinvertir y a que acuerden: a) volumen de inversión; b) generación de empleo; c) capacitación de la mano de obra; d) innovación tecnológica. El Estado tiene fuertes resortes para que los sectores hegemónicos cumplan con los acuerdos: Desde la política impositiva (incluido el poder de fiscalización), arancelaria, tipo de cambio, promocional, crediticia, etc. Todas ellos mancomunados en el fin de que no sólo aumenten la inversión, la producción y el empleo, sino que además lo hagan a precios competitivos internacionalmente. En síntesis, con un plan sistemático por parte del Estado, con claros objetivos, con el debido conocimiento de las principales causas que generan las distorsiones señaladas, y con un Estado que se legitima ante la población con las medidas tomadas en defensa del trabajo y del mercado interno. Garantizando un mercado (tanto interno como externo) y razonables tasas de ganancias, se puede acordar con los empresarios ciertos planes de inversión, de producción, y de formación de los precios.