Sumario: | En este trabajo examino el desarrollo de dos formas distintas de entender lo humano expresadas en el uso de
la tecnología de cryopreservación de embriones en las clínicas de fertilización in-vitro (FIV) en Ecuador. La
gente que desea cryopreservar los embriones participa en lo que llamo “ética de vida” y, según lo que dicta la
Iglesia católica, percibe al embrión como vida sagrada que no se debe destruir. La gente que prefiere destruir
los embriones no utilizados para reproducción participa de un modelo que llamo “ética de parentesco” y percibe
al embrión como miembro de una familia más grande. Dentro de este modelo, congelar los embriones
deja abierta la posibilidad de que ésos puedan salir algún día fuera de los límites del parentesco natal. Los resultados
de mi investigación tienen implicaciones importantes para el debate sobre el momento en que empieza
la vida y a la vez demuestra que la Iglesia católica no es la única fuerza que determina respuestas éticas
a las nuevas tecnologías reproductivas en Ecuador.
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