Sumario: | En el Ecuador, las dictaduras de los años 60 y 70 vincularon a los militares con el desarrollo social
y económico. Si bien en los 80 retornaron a los cuarteles, y a su bien acariciada política de
autogestión empresarial, durante los 25 años de democracia formal se quedaron con esa visión
idílica del poder basado en la fuerza y en el reemplazo de la política por la tecnocracia. Siguieron
acariciando su vocación planificadora sobre lo social y lo político, hasta el punto que, ya
en el siglo XXI, no dudaron en hacer suya la aventura gutierrista, apoyando tras bastidores a
uno más de los populismos ecuatorianos. Criticando a la clase política, el gutierrismo saltó a la
política por la vía electoral. Quiso revivir el proyecto militar. Pero ahora -como entonces- esta
aventura no era más que una versión ideológica de una sociedad pensada en los cuarteles.
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