Sumario: | En este artículo analizaré la persistencia del estado colombiano pese al crimen y la violencia generalizada. Varios teóricos contemporáneos sostienen que el estado debe subscribir la imagen de una entidad relativamente autónoma de la sociedad civil, capaz de monopolizar la violencia. Sin embargo, la ‘cultura ciudadana’, política innovadora para la reducción del crimen que se analiza aquí, se basa en la premisa de que el estado es incapaz de ofrecer seguridad a sus ciudadanos debido a la existencia de una cultura de violencia. La política motiva a los ciudadanos a asumir responsabilidad sobre su propia seguridad al adoptar una cultura ciudadana. Esto se hace inundando el espacio público de espectáculos educativos, símbolos y eslóganes que circunscriben el debate público e instruyen el comportamiento ciudadano. Arguyo que la cultura ciudadana funciona para legitimar al estado a pesar de la continua violencia, al transferir del estado hacia la sociedad civil la responsabilidad de la provisión de la seguridad con lo que altera además la demarcación entre estado y sociedad y redefine la esencia misma del estado moderno.
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