Sumario: | El artículo explora las emociones de usuarios y funcionarios respecto a los procesos de administración de justicia en Cali, Colombia, y propone que el estado no remite únicamente a un lenguaje burocrático racional, sino también a sentimientos. De esta manera, no solo los imaginarios centrales que describen los procesos judiciales estatales sino la idea propia de justicia están marcados por sensaciones de tedio, demora y caos, descriptores que son identificados tanto por usuarios como por empleados judiciales. No hay justicia si esta no es demorada, ritual, mística, desordenada, difícil. Estos hallazgos evidencian que, al contrario de lo que ocurre en los discursos liberales que enfatizan el orden, la unidad y la racionalidad de las acciones públicas, el poder del estado encuentra en lo desagregado, lo irracional y lo emotivo un marco más amplio para ser explicado.
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