Sumario: | ¿Cómo se puede conciliar la generalizada percepción de que en “Ecuador no existen partidos”, o que “Ecuador no está hecho para partidos” con el hecho concreto de que, al finalizar la segunda década de democracia se perfilan en el país cinco partidos con patrones estables de votación regional? ¿Cómo es que dichas organizaciones partidarias prevalecen electoralmente pese a las actitudes antipartidistas de algunas elites de poder y pese a las reformas constitucionales encaminadas a reducir el control electoral de los partidos políticos? Flavia Freidenberg y Manuel Alcántara ofrecen en este oportuno libro una visión alternativa para explicar cómo los partidos ecuatorianos han contribuido de múltiples maneras a mantener “la operatividad” del sistema político. Para enfrentar este reto, los autores utilizan un enfoque poco explotado en la ciencia política contemporánea, que tiene en Katz y Meir (1990, 1992, 1995) y Panebianco (1988) sus principales exponentes: el estudio de los partidos políticos como organizaciones, tanto en su dimensión de cambio interno, así como en su capacidad de -y éxito para- adaptarse a diferentes patrones de competencia política con otros partidos.
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