La insurrección de abril no fue sólo una fiesta

Ante la afirmación expresada a través del título que Ramírez-Gallegos ha escogido para su ensayo, La insurrección de abril no fue sólo una fiesta, es casi inevitable que una interrogante se destaque incisivamente frente a los ojos del lector. Todo aquel que se encuentre empeñado en desentrañar los p...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Campuzano Arteta, Álvaro
Formato: Artículo
Lenguaje:Español
Publicado: Quito : FLACSO sede Ecuador 2005
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/10469/4300
Descripción
Sumario:Ante la afirmación expresada a través del título que Ramírez-Gallegos ha escogido para su ensayo, La insurrección de abril no fue sólo una fiesta, es casi inevitable que una interrogante se destaque incisivamente frente a los ojos del lector. Todo aquel que se encuentre empeñado en desentrañar los posibles sentidos y potencialidades políticas derivadas de la dispersa movilización ciudadana que decantó en el derrocamiento de Lucio Gutiérrez el pasado 20 abril, con mucha probabilidad no podrá dejar de preguntarse: ¿es pertinente nombrar con una palabra tan fuertemente cargada de una significación evocadora de combatividad y radicalidad, insurrección, al mencionado hecho político? En el caso de que se aceptase esta manera políticamente explosiva de nombrar a las jornadas de abril, el aura de inofensiva espontaneidad que, por obra y gracia de no pocos intérpretes, las ha envuelto, se desvanecería.