Sumario: | Desde los años 60 y 70, el llamado “vuelco cultural” (S. Hall) ha intentado situar al centro de los estudios sobre la ciudad los modos complejos y, por lo tanto, interdisciplinarios, en los que los espacios urbanos adquieren significados y los deseos, sueños, paradigmas y estructuras de poder que sus habitantes proyectan sobre ellos. El espacio deja de ser un mero receptáculo de las actividades humanas, sino que se re-define como lugar, como “acumulación de sentidos”, como materialidad dotada de contenido simbólico y, por lo tanto, como interpretable. En ese contexto, los habitantes simultáneamente crean a la ciudad como lugar y orientan sus acciones en ella a partir de sus imaginarios, las formas, imágenes, percepciones, textos y discursos con los que la hablan y la fantasean.
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