Sumario: | La universidad, una de las instituciones emblemáticas de la modernidad realmente existente en sus distintos momentos y concreciones, define modos específicos de empleo de sus espacios. Transitando por las tres últimas décadas del siglo XX y por la incierta “vuelta de siglo”, Bolívar parecía cumplir las reglas explícitas y silentes de la universidad, pero sólo con ironía. En medio de su labor en clases y también en sus otras intervenciones públicas, como una corriente alterna surgida de la vida humana amenazada constantemente de ser subsumida por la lógica cuantitativa y abstracta del valor, ¿no persistía siempre una vocación por interrumpir la marcha cotidiana de las cosas y permitir la manifestación de otros usos potenciales de la universidad?.
|